lunes, 13 de diciembre de 2010

comienzo...

De la nada vengo, a la nada voy
me muevo en el vacío, no se quien soy
cuando a la luz llegue, solo recuerdo que lloré
y un seno caliente, fue lo primero que adoré.

Bebo duermo y me alimento
pasa de largo la vida, y yo contento


a dos personas se reduce mi universo
y yo no imagino un mundo mas diverso
que el de estos dos gigantes
de gargantas susurrantes.

Dicen que hacen caras como de elefantes,
primero deberían enseñarme esos seres aberrantes
a veces de mi boca salen sonidos,
estos gigantes se exasperan con mis ruidos
ponen en mi boca una sustancia acuosa
al principio temo, pero es sumamente deliciosa
de casualidad escucho que le llaman lactosa
y desde entonces es para mí como una diosa.

La vida para mi, esta llena de placeres
no entiendo de trabajo ni de otros menesteres
en mi vocabulario no existen los quehaceres
solo me concentro en contar amaneceres
soy absolutamente indolente
no hago esfuerzo alguno con la mente
de veinticuatro siempre duermo veinte
no soy de ningún provecho, solo ocupo espacio bajo un techo.

Los gigantes son como mis criados
se dedican solamente a prodigarme cuidados
al parecer cuidarme no es gran labor
nunca se niegan pienso que lo hacen con amor

Ahora mis primeros pensamientos se diluyen
mis ideas, en otro idioma fluyen
espero en mis recuerdos se guarde la imagen
y que cuando sean mis manos las que trabajen
no haya quejas ni reniegos que su vida ultrajen.




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